Trolli se ha enfadado mucho. Otra vez.
Solo porque… bueno… me comí su pastel de cumpleaños… un poquito.
¿El castigo?¡Me manda a la Escuela de «apiestramiento canino» para que aprenda a obedecer! ¡Pero si yo ya soy superobediente!
¡No me gusta la escuela! ¡La odio!
Así que ya tengo un plan: escapar. Pero antes tendré que sobrevivir a:
Clases aburridas.
Profesores sospechosos.
Compañeros de cuatro patas.
Pienso para mascotas (puaj)…
¡Y superar un examen final!
¿Conseguiré aprobar?








