Helena Dimitrievna Diakonova ha pasado a la historia del
arte con el sencillo nombre de Gala. La encontramos en
los años veinte entre los poetas surrealistas de París,
casada con Paul Éluard, y unos años después, en
Cataluña, convertida ya en esposa del joven Salvador
Dalí, que habría de convertirla en su musa y motivo
recurrente para los óleos que el pintor de Cadaqués
elaboró a lo largo de su vida.
Un texto que permite una aproximación inédita a la mujer
Autor | |
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Editorial | |
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Páginas | 104 |
Formato | Tapa blanda |