El que tiene boca, se equivoca. Esa es la primera de las máximas de este libro. La segunda es hay que saber reírse de uno mismo y con los demás. En estas páginas encontrarás un compendio divertidísimo de gazapos lingüísticos, de meteduras de pata y de equívocos de políticos, personas relevantes y profesionales de los medios de comunicación de las últimas decadas.
Errar puede ser una demostración de nuestra ignorancia o la piedra angular de la evolución de nuestro conocimiento, errar nos avergüenza o nos divierte, errar, en definitiva, no es que sea humano, es que es lo que nos hace humanos. Y por eso es algo que nos afecta a todos, independientemente de cuál sea nuestro bagaje cultural o intelectual.