Ante la adversidad, nos crecemos.
La vida está llena de momentos difíciles. ¿Quién no ha sufrido una injusticia alguna vez? ¿Un accidente, un engaño o la pérdida de un ser querido? Para salir adelante, necesitamos optimismo y una actitud que nos permita ver la solución. Y también la comprensión y la compasión que nos permitirán aprender y salir reforzados ante la adversidad.
Somos fuerza te ofrece los recursos emocionales más útiles para superar cualquier crisis, tanto si nos enfrentamos a una separación, como si nos falla un amigo o si perdemos el trabajo. Una lectura imprescindible que enseña a no tirar la toalla cuando la vida te eche la mano al cuello.
Tú, que has vivido crisis como hemos vivido todos, sabes perfectamente cómo te creces cuando lo necesitas. Porque somos brillo, somos ideas, somos resiliencia, somos capacidad…
Y ante todo… somos fuerza.
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«Yo soy de las que, ante la adversidad, primero entro en shock», escribe Patricia Ramírez, «en una especie de bloqueo emocional en el que ni siento ni padezco. Ni lloro, ni me alegro, ni me alarmo, ni me relajo. Entro en una especie de estado de observación. Sentirme desinformada en ese momento me lleva a enmudecer y a no sentir. Y, por supuesto, a no tomar decisiones. Cuando se decretó el estado de alarma, durante la primera semana del confinamiento, no daba crédito al giro que había dado mi vida. No estaba triste ni ansiosa, ni siquiera preocupada. «Me he bajado del mundo, que giraba a toda velocidad a mi alrededor, y no sé ni en qué parada estoy», me decía a mí misma. «Observa, Patri, y cuando te sientas preparada, súbete otra vez», me ordené.
»Lo de bajarme del mundo me duró más o menos una semana. Y en cuanto mi cerebro hizo clic, me convertí en una máquina solucionadora.
»Yo soy así. Invento, creo y actúo.