En este brillante ensayo Hannah Arendt estudia en sus nexos internos los aspectos fundamentales de las tres grandes revoluciones de la época moderna (la independencia y formación de los Estados Unidos, el derrocamiento de la monarquía borbónica en Francia y la conquista del poder en Rusia por los bolcheviques) para formular generalizaciones teóricas de largo alcance, entre ellas el análisis de la guerra como rasgo político básico de nuestra época y elemento definitorio de la fisonomía del siglo XX, en estrecha dependencia con el fenómeno revolucionario.