Un thriller evocador sobre los límites de la inocencia firmado por una de las jóvenes promesas del género.
Una oda a la naturaleza que cautivará a los lectores de La chica salvaje.
Una fría noche de septiembre de 1986, un grito rompe el silencio de la oscuridad.
Con las primeras gotas de lluvia, un cadáver espera a ser encontrado junto a una vieja cabaña en las afueras de Zarzaleda, un pequeño pueblo de la sierra de Madrid. Sus habitantes se quedan conmocionados al descubrir que entre las rocas y las zarzas reposa el cuerpo de Manuel Villaseñor, el joven más prometedor del lugar.
Con su actitud huraña y su afición a perderse por los infinitos senderos de las montañas, Camino sabe que sospecharán de ella. No la ven con buenos ojos. A la sombra de esos bosques que tan bien conoce, empezará a indagar por su cuenta para hallar al verdadero asesino. Sabe que Manuel no era el chico perfecto que todos creen, pero nadie quiere ver ni escuchar la verdad…
Si un árbol cae en el bosque y no hay nadie cerca, ¿hace algún sonido?
Si alguien comete un crimen y nadie habla, ¿es realmente culpable?