Vivir para contarlo, la frase que da nombre a las memorias de García Márquez, podría bien resumir este dietario de una de las voces más sabias y descaradas de nuestro país. Maruja Torres, que ilumina todo lo que ve, dice y escribe, saca punta a las rutinas de su día a día hasta convertirlas en un intento de conservar los destellos de un mundo que se apaga.
Cuanta más gente se muere, más ganas de vivir tengo se lee como un divertido (y afilado) ejercicio de adaptación a una vida que justo se empieza a entender cuando llega la inevitable decrepitud y solo entonces, queda espacio para una cosa: entender las grandezas y miserias humanas de toda una vida y, entretanto, reírse de ellas.
«[?] Este libro no va de la muerte, sino de la celebración de la vida. De la lucha por la vida, que es la esencia de la vida misma, tal como la siento, aunque sea jodidamente corta incluso cuando más se prolonga.»
«Va este libro, también, de entregarse al Tiempo y descansar en su incógnita, en vez de pelearle. Convertir lo que te quede en una vivencia honda, un paisaje complejo en donde importe menos la longitud que la profundidad.»
Sobre Maruja Torres:
«Dos minutos que convalidan mil libros de autoayuda.» JORDI ÉVOLE
«No sé si Maruja Torres ha salvado a alguien de la muerte, pero a mí me salvó de una vida que no quería.» PALOMA RANDO, EL PAÍS
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Editorial | |
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Páginas | 272 |
Formato | Tapa dura con sobrecubierta |