Juzgado por Clarín como «el mejor escritor del idioma castellano», Juan Valera (1824-1905) escribe «Pepita Jiménez» en 1874 «cuando todo en España estaba movido y fuera de su asiento por una revolución radical, cuando más brava era la lucha entre los antiguos y los nuevos ideales». Tomando como pretexto el núcleo argumental de la narración (la historia de la seducción amorosa que ejerce una joven viuda sobre un aspirante a clérigo), la novela se convirtió en blanco de críticas destempladas de los medios conservadores y en espejo de las ideas y sentimientos que agitaban la conciencia del país.
Prólogo de Demetrio Estébanez Calderón








