El Premio Nobel de Literatura regresa con «una obra luminosa que contiene la esencia de su trayectoria, contada con sencillez. Una lectura obligada para todos» (Le Point).
«Si hay un escritor que, como decía Borges de Shakespeare, podría ser todos los hombres, es sin duda Jean-Marie Gustave Le Clézio».
Andrés Seoane, El Cultural
J. M. G. Le Clézio ha abierto su caja negra para revelarnos qué le impulsó a escribir. Primero, la imagen de los muros sobre el Mediterráneo que los alemanes levantaron en Niza para impedir a la población el acceso al mar y, después, la guerra, el hambre y las enfermedades propiciaron una singular sensibilidad para captar todo lo que ocurría. Entonces llegó su primera novela, escrita cuando tenía solo diez años: contaba la historia de un niño africano que dejaba Europa. Por entonces Le Clézio vivía en Nigeria, donde su familia se había reunido con el padre, al que él no conocía y que le ayudó a descubrir un nuevo continente, así como un nuevo destino.
Conviviendo con niños africanos, en una naturaleza diferente, rica y frágil, forjó su gusto por la libertad y comenzó a perfilar una particular relación con el mundo, una mirada dirigida a los desfavorecidos y un deseo de que la escritura se transforme en acción. Una «identidad nómada», en suma, sobre la que el Premio Nobel de Literatura se sincera en estas páginas de gran intensidad, íntimas y esenciales.
La crítica ha dicho…
«Leerlo es un estado de ánimo, el nomadismo. […] Una literatura del compromiso».
France 5 (La Grande Librairie)
«Un libro intenso y refulgente, en el que recorre su trayectoria como una proclama de apertura al mundo. […] Una obra luminosa que contiene laesencia de su trayectoria, contada con sencillez. Una lectura obligada para todos».
Valérie Marin La Meslée, Le Point
«Es como si J. M. G. Le Clézio revelara sus secretos, su caja negra, su identidad más profunda, construida a lo largo de su vida. […] Le Clézio publicó este texto en un momento de acalorados debates sobre la identidad, en Europa y en otroslugares… Es difícil imaginar que no se trate de su respuesta a estos debates y controversias».
Gilbert Chevalier, Radio France
«Una afirmación de la identidad del escritor, hecha de todas las culturas del mundo, con un acento que recuerda a Aimé Césaire. También es una invitación al lector para que se una al escritor en esa misma amplitud de miras. Escritor y lector quedan estrechamente ligados».
Françoi s Benetin, Culture Tops
«Si hay un escritor que, como decía Borges de Shakespeare, podría ser todos los hombres, es sin duda Jean-Marie Gustave Le Clézio».
Andrés Seoane, El Cultural